Dalissa Acevedo, la joven que rompe estereotipos!

Santo Domingo. Rep. Dom. La dominicana Dalissa Acevedo forma parte de esa minoría. A sus 25 años, rompe estereotipos de género al dedicarse a una profesión liderada por hombres y demuestra que las limitaciones, muchas veces, solo están en la mente.

Oriunda de San Isidro (Santo Domingo Este), Dalissa empezó su formación en el área a los 16 años. Realizó el bachillerato en técnico de mantenimiento aeronáutico en el colegio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y luego estudió dos años en la Escuela Técnica de Aviación de la Fuerza Aérea de República Dominicana (FARD).

«Desde pequeña, al vivir cerca de la Fuerza Aérea, alrededor de pilotos, cerca de los aviones, siempre fue un sueño para mí estar aún más cerca de ellos», cuenta.

«Siempre me gustaron muchos los aviones y ya con el tiempo aprendí las diferentes áreas que tienen que ver con aviación y me enamoré del mantenimiento de aviones«.

Como era de esperar, muchas personas de su entorno se sorprendieron al saber que quería dedicarse a una profesión dominada por hombres. Su familia, sin embargo, siempre la apoyó y animó a luchar por lograr su sueño.

«Mi familia siempre ha estado ahí presente en las decisiones que yo tomo, siempre guiándome por el buen camino. Ellos siempre han estado ahí», menciona Dalissa y confiesa que al principio no pensó que con su incursión en la aviación estaba rompiendo el paradigma del monopolio varonil que impera en esa carrera.

«Yo no lo veía como que estaba rompiendo un estereotipo, sino como algo que quería hacer. Después fue que me di cuenta que no había muchas mujeres, que siempre estaba rodeada de hombres».

En sus inicios, de 21 personas trabajando en un operador aéreo del país, 20 eran hombres y ella la única mujer. «Fue ahí que desperté y me dije ´Guao, realmente solo estoy yo´».

En ese momento, ella fue subestimada en su trabajo. «Al principio hubo uno que otro comentario como ´tú deberías cambiar de carrera´, ´tú no puedes hacer eso, porque eso pesa mucho para ti´ o ´aquí solo hay hombres´, y todavía hay muchas áreas en las que sucede», expresa.

Dalissa recuerda una anécdota que demuestra que, aunque menos que antes, siguen existiendo pensamientos erróneos sobre la capacidad de la mujer para desempeñarse en ciertas profesiones.

«Recuerdo que había un mantenimiento de uno de los helicópteros al que había que darle un torque a una pieza llamada la tuerca de Jesús. Mayormente se utilizan varios hombres para hacerlo. Yo me puse con ellos a hacerlo también y todo el mundo salió a ver lo que estaba haciendo», relata entre risas.

Algo que deja bien en claro es que esos comentarios y experiencias nunca la hicieron dudar de su capacidad. «Yo siempre he creído en Dios y en mí desde el principio, y he salido adelante, así que no me importan esos comentarios», recalca.

Para ella, son precisamente esos comentarios que encasillan el mantenimiento de aviones como una profesión exclusiva para hombres los que impiden que más féminas se interesen por estudiarla.

«No hay profesiones de hombre o de mujer. El primer desafío es con uno mismo, de entender que las limitaciones son mentales. Hasta la fecha no puedo decirte que hay algo que no he podido hacer por ser mujer«, enfatiza.

De hecho, considera que contar con profesionales femeninas en el mantenimiento de aviación tiene sus ventajas. «La mujer es muy detallista y observadora. Esto de trabajar con aeronaves haciendo inspección, auditando, verificando, hace que esa habilidad que portamos sea de beneficio para esta área en la que laboramos», asegura.

En la actualidad, Dalissa continúa adquiriendo experiencia y preparándose en el campo del mantenimiento aeronáutico con la intención de ocupar otros puestos, pues esta área va más allá del trabajo que se realiza en el taller.

«Hay muchas áreas que son administrativas, que tienen que ver con las inspecciones de los aviones, auditorías, aseguramiento de la calidad, controles… O sea, mantenimiento tiene muchas áreas y realmente estamos avanzando para llegar a esas posiciones«, refiere.

Su consejo a las mujeres que no se atreven a estudiar una carrera o dedicarse a un oficio por considerarlo terreno de hombres es enfocarse en lo que quieren y hacer caso omiso a los comentarios negativos. «No es solamente demostrarle al mundo que ustedes pueden, sino saber ustedes mismas que lo pueden lograr», concluye.

Fuente: diario libre