El príncipe Hisahito de Japón es el primer miembro varón de la realeza en llegar a la adultez en 40 años. Muchas personas en Japón temen que pueda ser el último.
Los elaborados rituales palaciegos para reconocer formalmente a Hisahito como adulto este sábado son un recordatorio del sombrío panorama que enfrenta la monarquía más antigua del mundo. Gran parte de este problema se debe a su política de sucesión exclusiva para varones y al número decreciente de integrantes.
Hisahito es el segundo en la línea de sucesión al Trono del Crisantemo y probablemente será emperador algún día. Después de él, sin embargo, no hay nadie más, lo que deja a la familia imperial ante el dilema de si debe revertir una norma del siglo XIX que abolió la sucesión femenina.
Hisahito es un universitario que ama a los insectos
Estudiante de primer año en la Universidad de Tsukuba, cerca de Tokio, Hisahito estudia biología y disfruta jugar bádminton. Es especialmente apasionado por las libélulas y ha coescrito un artículo académico sobre un estudio de estos insectos en los jardines de su residencia en Akasaka, en Tokio.
En su primera conferencia de prensa en marzo, el príncipe dijo que espera enfocar sus estudios en las libélulas y otros insectos, incluidas formas de proteger las poblaciones en zonas urbanas.
Hisahito nació el 6 de septiembre de 2006 y es el único hijo del príncipe heredero Akishino, sucesor al trono, y de su esposa, la princesa heredera Kiko. Tiene dos hermanas mayores: la popular princesa Kako y la ex princesa Mako, cuyo matrimonio con un plebeyo la obligó a abandonar su estatus real.
Los rituales de mayoría de edad de Hisahito se celebraron un año después de que cumpliera 18 años, edad legal de adultez, porque quiso concentrarse en los exámenes de ingreso a la universidad.
Podría ser el último emperador
Hisahito es sobrino del emperador Naruhito, quien tiene una sola hija, la princesa Aiko. El padre de Hisahito, Akishino, hermano menor de Naruhito, fue el último varón de la familia en llegar a la adultez, en 1985.
Hisahito es el más joven de los 16 miembros adultos de la familia imperial. Él y su padre son los únicos dos herederos varones más jóvenes que Naruhito. El príncipe Hitachi, hermano menor del ex emperador Akihito, es el tercero en la línea de sucesión, pero ya tiene 89 años.
La escasez de sucesores varones es una seria preocupación para la monarquía, que según los historiadores ha perdurado 1.500 años. El problema refleja el rápido envejecimiento y la disminución de la población en Japón.
Tradicionalmente, Japón ha tenido emperadores varones, pero la sucesión femenina estaba permitida. Ha habido ocho emperatrices, incluida la más reciente, Gosakuramachi, que gobernó entre 1762 y 1770. Ninguna de ellas, sin embargo, tuvo herederos durante su reinado.
La sucesión se limitó legalmente a los varones por primera vez en 1889 bajo la Constitución de preguerra. La Ley de la Casa Imperial de 1947, posterior a la guerra y que en gran medida preserva los valores familiares conservadores de preguerra, también solo permite la sucesión masculina.
Pero los expertos señalan que el sistema de sucesión exclusivamente masculino es estructuralmente defectuoso y que anteriormente solo funcionó gracias a la ayuda de las concubinas que, hasta hace unos 100 años, tuvieron hijos imperiales.
La muy popular princesa Aiko, única hija del emperador Naruhito y de la emperatriz Masako, no puede suceder a su padre, aunque gran parte del público la apoya como futura monarca.
Un debate sobre la sucesión
Para abordar las preocupaciones sobre la sucesión, el Gobierno elaboró en 2005 una propuesta para permitir una emperatriz. Pero el nacimiento de Hisahito cambió rápidamente la situación y los nacionalistas se opusieron a la propuesta.
Un panel separado, en gran medida conservador, recomendó en enero de 2022 que el Gobierno mantuviera la sucesión masculina, pero que permitiera a las mujeres conservar su estatus real tras casarse y continuar con sus deberes oficiales. Los conservadores también propusieron adoptar descendientes varones de antiguas familias reales ya extintas para mantener la línea masculina.
Pero el debate se ha estancado en torno a la cuestión de si se debe otorgar estatus real a los plebeyos que se casan con princesas y a sus hijos.
El debate paralizado ha obligado a Hisahito a cargar solo con el destino de la familia imperial, dijo el exjefe de la Agencia de la Casa Imperial, Shingo Haketa, en un artículo del periódico Yomiuri publicado a principios de este año. “La cuestión fundamental no es si se permite la línea de sucesión masculina o femenina, sino cómo salvar a la monarquía”.
El conservador Yomiuri emitió su propia propuesta en mayo, pidiendo una revisión urgente de la Ley de la Casa Imperial para dar estatus real a los esposos e hijos de las princesas y permitir que las mujeres sucedan al trono. Llamó al parlamento a “alcanzar responsablemente una conclusión sobre la crisis que rodea al Estado y al símbolo de la unidad del pueblo”.
Corona, carruaje y oraciones
El ritual del sábado para Hisahito comenzó en la residencia familiar, donde apareció con un esmoquin para recibir una corona entregada por un mensajero de Naruhito.